viernes, 4 de abril de 2008

Vuelvo a necesitar confiarle mis pensamientos y sentimientos a este blog.
No conozco el motivo pero lo voy a hacer de todas formas.

Iba a explicar lo de mi papá, así que acá va...


Resulta que era un miércoles 13 de febrero.
No me acuerdo mucho ni con exactitud, pero sé que me enteré que esa mañana mientras mi papá llevaba a mi mamá al trabajo, se sintió mal, y pararon. Bajaron del auto; él se sentía cada vez peor. Mi mamá lo sentó en la vereda, no sabía qué hacer. Empezó a aparecer gente y a llamar ambulancias. No venía nadie. Había pasado casi una hora, cuando llegó una ambulancia. Lo llevaron al hospital y le hicieron unos estudios. La médica que lo atendió ni siquiera revisó los estudios y lo quería mandar a casa. Mi mamá, por suerte, los miró y le dijo. Y lo internaron.
Bueno, el resto fue todo muy raro. Resumiendo... Digamos que el hospital era muy malo y después de unos días lo trasladamos a otro mucho mejor, donde en unos días lo estabilizaron y le dieron el alta.
Pero está muy medicado y muy delicado. No puede hacer fuerza, tiene que comer sano, en fin.
Y al parecer, lo van a operar porque tiene el corazón muy agrandado por la insuficiencia cardíaca, y le van a poner una especie de "by-pass" en el corazón para abrir las arterias y que circule mejor la sangre.
Sin embargo, todavía no lo quieren operar porque puede no ser necesario si evoluciona bien, y además, es un poco riesgosa la operación: si le cortan un nervio o no sé qué lo pueden dejar con problemas neurológicos o algo similar...

Eso es, en resumen, lo que pasó, de una manera concreta y simple.

Pero yo no lo viví así.
Bueno, en realidad, sí, ese es el "problema"...


Creo que estoy perdiendo mis sentimientos
Es decir, mi capacidad de "sentir"...
El querer parecer siempre fuerte me está sacando eso..
Ya no puedo llorar, no me preocupan las cosas, sólo dejo que pasen...
Y un poco está bien,pero ya me estoy asustando...


Cuando pasó esto de papá, cuando me lo dijeron, ni siquiera me asusté o asombré, nada pero NADA.
Fue como si me hubieran dicho "tu papá está atrapando mariposas".
Y ni siquiera, porque eso da gracia, por lo menos.
simpelmente lo tomé como si nada estuviera pasando.

Los primeros días de internación fueron los peores, por papá. Estaba muy delicado y sólo el primer día, a la noche, me asusté, porque los médicos esperaban que la situación se revirtiera para el día siguiente pero que si eso no pasaba, mi papá podría ponerse peor y bueno...
Me puse mal, pero qué sé yo, otras personas hasta podrían llorar, pero yo, nada.

Y al otro día mejoró, y después de entonces ya no me asusté más.
Creo que ni Ghandi hubiera sentido la paz que yo sentía, por decirlo de algún modo...
Porque no era paz, era un vacío total.


Los días pasaban muy rápido y parecía repetirse siempre la misma rutina.
Me levantaba temprano, me bañaba, comía y a la clínica. Volvía, miraba la tele, escuchaba música, cenaba y a dormir.
Me levantaba, me bañaba, comía, a la clínica, y así todos los días.

Además, como mi papá fue simepre el que hizo todos los trámite, ahora los teníamos que hacer nosotros.
Y también eso.
Encima ya iba a empezar el colegio, y no tenía el uniforme.
Unos días antes lo compré, a duras penas.


Y todos te reconfontaban y te decían que estaban con vos, con la familia, que teníamos que tener fuerza...
Y yo estaba como... "sí, ya sé, pero sabés qué? no me importa, por qué no vas a reconfortar a otro?"
Mensajes de apoyo, llamadas, abrazos que no sentía, palabras que fluían de todos con gran cariño pero que eran desperdiciadas por ese vacío de sentimientos que me "ocupa"(ya que es vacío).
Escuchar a mamá tratando de estar bien, y no mostrar debilidad.
Mi abuelo, abrazándola y diciéndole que todo iba a estar bien.

Cenas silenciosas, donde la televisión era el centro "físico" pero nuestras mentes vagaban por todo el comedor y mucho más lejos.


Me cansé. No sé de qué, pero me había cansado.
Las noches me encontraban fastidiosa; parecía un nene chiquito.
No pasaba nada y yo igual tenía mala cara y refunfuñaba por todo.
Estaba harta, me quería ir a cualquier lado.

Los viajes a la clínica se me hicieron más divertidos.
Todos los días me tenía que vestir distinto, bueno, sólo porque yo quería.
Así que la clínica se transformó en una especie de pasarela.

Quería salir con mis amigas, pero obviamente no lo iba a hacer.
Quería ir con ellas a vagar por algún lado, lejos de casa, y emborracharme, aunque nunca hubiera probado siquiera una cerveza.



De repente, casi sin darme cuneta, mi papá transformó su figura, esa que yo veía y uqe ahora dudo si era real o inventada por mí.
Es como si hubiera querido odiar a alguien y cayó él.
Como siempre peleábamos por cualquier cosa, me la agarré con él.
Pero ahora, se transformó.

Antes, mi mamá era como una diosa, era la perfección en vida.
Ella era todo; si ella no sabía algo nadie lo sabía.
Poco a poco eso se fue achicando...
Pero no pasó a una subestimación.
Simplemente a un rango "normal" de estima y cariño por ser mi mamá.
Y mi papá, que nunca me importó mucho, seguía ahí abajo, pero cada vez me importaba menos.
Por momentos, deseaba que nunca hubiera existido ni haber tenido que conocerlo.
Otras veces simplemente lo pasaba por alto.

Pero este día fue decisivo.

Es como si siempre hubiera estado esperando esto, pero es esa espera que uno espera que pase, pero que en el fondo, de alguna forma sabe que no va a suceder.

Y, sin embargo, sucedió. Pero muy pronto para lo que yo esperaba.
Creía que si tenía que pasar, sería más aelante, cuando yo ya sea mayor y libre, y etc.

Y poco a poco, durante esos días, comencé a tomarle cariño.
Comencé a ver otro lado de él.
O algo así.

De hecho, casi me "cae" mejor que mamá.
Ella es muy resguardada de todo.
Más concretamente, quiere resguardarme de todo.
Como buena madre que es, sí, lo entiendo, pero ya tengo 16, casi 17 años!

Nunca fui a bailar, y a pesar de que ahora mucho no me interesa hacerlo, creo que aunque quisiera ella no me dejaría, o quizás no a trasnoche.
Pero eso de alguna forma lo entiendo y lo acepto.
Pero no me deja salir de noche a ningún lado con mis amigas.

El otro día hice lío, le mentí, y fue todo muy complicado, no lo voy a contar ahora.
Ese día me resfrié mucho; desde entonces que estoy tomando remedios y fue hace como un mes(estoy con defensas bajas y medicada para muchas cosas ¬¬).

Hace unos días, salí con mis amigas otra vez, pero no me quedé vagando por ahí ni nada.
Fuimos a la casa del appá de una de ellas y cenamos ahí y bla.
Mi mamá se enojó mucho, y yo más.
No estaba caminando por ahí ni nada!
Estaba con mis amigas en la casa de un familiar de llas, que a propósito, son muy buenos, y todo bien.
Y se enojó porque no sé qué y blablabla...
No sé, yo ya estaba perdida y no tenía la más mínima intención de que esa pelea interrumpiera el buen momento que estaba pasando.

La cuestión es que, al otro día, como había ido a dormir a lo de la chica, me tenían que ir a buscar.
Y me llama mi papá.
Pensé que todo estaba muy mal, no sabía qué hacer.
Y me dice "dónde estás?"
"en lo de S"
"ah te vamos a buscar?"
"si, a esta hora y blabla"
"ah bueno... y como la pasaste?"
"O_O... ehh bien...?"
"ah bueno, que vas a comer?"
"O_O!!! no sé... ahora vemos... ???"
"ah bueno, un beso"
"ajam... chau"

No lo podía creer.
Mi papá hablando con esa paz y tranquilidad y bondad y todo?
No podía ser.
Si hubiera sido mamá, seguramente me hubiera gritado las mil y quinientas, aunque sin gritar, porque ella no me grita.

Creo que desde ese día que lo aprecio mucho más.

Milagro?
Destino?
Karma?

Qué sé yo...
Pero creo que ambos cambiamos, para bien de ambos.

=)

1 comentario:

Mariana Evans dijo...

Hola niña que milagro que te reportas por estos rumbos y aunque dices que no te preocupa nada y no sientes nada, creo que el hecho de contarnos algo de tu vida, nos demuestra que si lo sientes y que de alguna manera lo quieres exteriorizar, sabes que os quiero mucho y que me intereso por vos, espero que no vuelvas a perderte tanto y que las cosas sigan yendo bien en casita.

Besos y abrazos